viernes, 31 de agosto de 2012

Abocarse a la escritura o "Escribe como una máquina o tira la toalla"


No es que dejase de escribir, no. De un tiempo a esta parte mi productividad ha bajado. Podría culpar a mis responsabilidades en Chile del Terror, podría culpar a mi feliz labor paterna y marital, o al triste pero necesario trabajo que lleva el pan a mi mesa.

Pero no es así. 

No he dejado el espacio necesario —a pesar de lo expuesto previamente, sí me me queda tiempo libre— para dedicar exclusivamente a la escritura. La procrastinación ha hecho mella en mis pretensiones de completar las historias que rondan mi cabeza y ponerlas en texto.

Tampoco es que abandonase del todo los proyectos. He estado instruyéndome en las materias que conciernen a la ambientación y el contexto de las narraciones. Estuve en un taller de creación literaria/creativa en la Biblioteca de La Serena, donde logré agregar a mi libreta algunos gérmenes que me tienen entusiasmado por comenzar a desarrollarlos, además de comprender que si no estoy constantemente escribiendo, aunque sea prosa surrealista, estaré perdido y no lograré hacer nada.

Así que llegué al punto en que debía decidir: "O te pones en campaña, o tiras la toalla".

Porque no hay motivo para hacer las cosas mal si se pueden hacer bien. Si no se pone la dedicación que se merece a una labor es mejor abandonarla. Pero como no me puedo imaginar a mi mismo sin escribir, tuve que dar de latigazos a los caracoles y mediante una alquimia, convertirlos en máquinas a vapor que avancen a la velocidad que necesito y recorran los caminos que me lleven a la estación deseada.

Quien sabe, tal vez estos ingenios biomecánicos terminen desarrollando alas...